| Резюме: |  Filomena mira a las cámaras tras la ventana del que es, desde ayer, su nuevo hogar mientras da pequeños mordiscos a una galleta que sujeta, como un tesoro, entre sus manos. La niña tiene tan solo 3 años y es una de las primeras ocupantes del centro temporal de acogida de solicitantes de asilo construido en el polígono de Villa de Vallecas. Llegó en diciembre a Madrid, procedente de Ucrania, con sus padres, Lesia y Gennadii, y su hermano mayor, Mateo, de 5. Cuando termina la galleta, la pequeña encuentra un divertimiento mejor: una pizarra mágica en la que dibuja lo que parece ser una manzana. Al terminar la tarea, corre a los brazos de su madre, que, en un precario español, cuenta que el juguete se lo regaló por Navidad el Samur Social. «Estamos muy felices de estar aquí. Se está calentito. Muchas gracias. Muchas gracias», repite la progenitora al tiempo que abraza a una de las trabajadoras sociales que los acompaña.
Los 66 primeros usuarios del centro llegaron a él el viernes por la tarde. En su mayoría son padres con dos hijos, pero también hay familias monoparentales y mujeres solas. A lo largo de la semana finalizará la primera fase de ocupación con la llegada, en total, de 96 nuevos inquilinos al solar del polígono industrial vallecano, que cuenta con una superficie de 6.500 metros cuadrados y fue construido por la necesidad acuciante de dar acogida temporal al creciente número de familias refugiadas que llegan a la capital y que estarán en él, aproximadamente, durante un mes, hasta que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, responsable de ofrecer acogida estable, se haga cargo de ellas.
Los solicitantes de asilo, como ya se sabía, se repartirán en 32 módulos prefabricados de 60 metros cuadrados. Cada uno de ellos cuenta con espacio para entre ocho y diez personas. Los primeros doce, ya han encontrado morador. Juan Esteban se ha convertido en vecino de Filomena. Es colombiano, tiene nueve años y llegó en noviembre a Madrid con sus padres y su hermano mayor, de 21. Lo primero que hizo ayer fue colocar en el mueble de la televisión un trofeo que ganó en un torneo de tenis en Getafe. «Estamos muy agradecidos», dicen los padres.
Ellos han elegido la zona izquierda de la casa; al otro lado del salón, habita otra familia también con dos niños, en este caso venezolanos y de 4 y 6 años. La mujer explica que en su país ella era policía y su marido criminalista, pero decidieron huir debido al régimen de Nicolás Maduro. No puede, o no quiere, dar detalles, tan solo explica que ahora pueden estar «tranquilos» y que ya no tienen que sufrir «la violencia del Estado» por ser «funcionarios que no comulgan con sus ideas».
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, fue el encargado, ayer, de inaugurar el sitio, en un acto en el que estuvo acompañado por la delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero; el delegado de Familias y Bienestar Social, José Aniorte, y la concejal del distrito, Concha Chapa. «Era una cuestión urgente que no admitía más demora. Ha sido un esfuerzo titánico el que se ha hecho para ejecutar esta obra en tiempo y poder cumplir con el compromiso que asumimos», indicó a los medios de comunicación, tras visitar a los moradores.
El Ayuntamiento ha destinado al proyecto un total de 7,7 millones de euros: 4,8 han ido para el contrato de gestión del servicio y 2,9 para el equipamiento. El centro contará con lavandería, farmacia y consigna, así como servicio de «catering» y zonas de juegos infantiles. La segunda y la tercera fase comenzarán, respectivamente, a finales de febrero y de marzo.En total, 294 personas llenarán de vida el lugar. |