Резюме: | Michael Bloomberg, una de las mayores fortunas del mundo y ex alcalde de Nueva York, está a las puertas de desembarcar en las primarias demócratas como candidato a la presidencia de EE.UU. La noticia, revelada ayer por varios medios estadounidenses, supondría una sacudida fenomenal a la carrera por conseguir la nominación del partido demócrata.
Bloomberg está dando los pasos formales para registrar su presencia en las primarias de Alabama, cuyo plazo para estar en las papeletas se cierra este viernes. En otros estados, como New Hampshire -uno de las paradas decisivas en las primarias, por ser el segundo estado en votar y uno de los considerados «bisagra» y Arkansas el plazo acaba la semana que viene.
La decisión de Bloomberg no está tomada al completo, pero la puesta en marcha de esos procesos marca que lo considera con seriedad. Deshojará la margarita en cuestión de días.
Su participación en las primarias supondría un cambio radical de postura para Bloomberg, que el pasado marzo confirmó que no se presentaría. «Creo que le ganaría a Donald Trump en las elecciones», dijo entonces. «Pero tengo muy claro que me sería difícil ganar la nominación demócrata con tantos candidatos».
No hay duda de que buena parte de la decisión de Bloomberg, un candidato centrista, tiene que ver con Joe Biden. En marzo, Biden parecía un favorito irremediable, dominaba en las encuestas y no había sufrido exposición pública. Han pasado los meses y la salud de su candidatura es muy diferente: su desempeño en los debates ha sido mediocre, se duda de la capacidad para enfrentarse a Trump en el final de las elecciones y tiene la sombra de un «impeachment» o proceso político al presidente de EE.UU. que le podría salpicar (el motivo de la recusación tiene que ver con presiones a Ucrania para perjudicar a Biden).
«Tenemos que acabar el trabajo y asegurarnos de que Trump es derrotado», ha asegurado Howard Wolfson, el principal asesor de Bloomberg, a «The Washington Post». «Pero Mike (en referencia a Bloomberg) está cada vez más preocupado de que la actual nómina de candidatos no está bien posicionada para lograrlo».
La situación es propicia para el desembarco de Bloomberg: si la erosión de Biden continua, hay espacio para un candidato que convenza al voto moderado. El ex vicepresidente con Barack Obama sería la gran víctima de la candidatura de Bloomberg, que le podría robar buena parte de su espacio político en el partido demócrata, con la promesa de atraer además a los independientes y a los republicanos moderados en la batalla final contra Trump.
También habría que ver cómo afecta su llegada a los dos candidatos izquierdistas que van detrás de Biden en las encuestas, los senadores Elizabeth Warren y Bernie Sanders, y que asustan al «establishment» demócrata y a los centristas. Por un lado, les puede beneficiar que se fragmente el voto moderado, pero, por otro, suman un rival de entidad en la otra punta del espectro político.
«Más multimillonarios buscando más poder político seguro que no es el cambio que EE.UU. necesita», aseguró Faiz Shakir, el director de campaña de Sanders, a «The New York Times». Por su parte, Warren se limitó a tuitear un mensaje irónico: «Algunos multimillonarios parecen confundidos sobre cuánto deberían pagar con mi impuesto de "dos céntimos a los ricos"», dijo, en una propuesta fiscal que en primavera Bloomberg consideró «probablemente inconstitucional».
Bloomberg entraría en campaña con el músculo financiero de su fortuna, pero con mucho cuesta arriba: no podrá participar en los debates al no haber recaudado fondos para la campaña, sin haber desarrollado apoyos en estados clave y con una aceptación débil entre el electorado demócrata. Una encuesta de octubre de «Fox News» aseguraba que si Bloomberg entraba en las primarias solo tendría un apoyo entusiasta del 6% de los electores, mientras que el 32% asegurada que nunca le votaría. |