| Резюме: |  Está bien decirlo. España tapó muchas bocas en La Cartuja. Le salió un partido redondo ante el rival más difícil y en la situación más comprometida, reivindicándose tras una concentración peliaguda en la que se le habían empezado a pedir cuentas por la falta de goles y el poco cuajo del equipo. Mérito para Luis Enrique, cuya apuesta por el fútbol de ataque, sin especular sea quien sea el rival que se tenga enfrente, se ve reforzada después de las muchísimas dudas que habían dejado los últimos compromisos. «Espero que este partido sea un impulso. El plan no ha cambiado y eso me hace sentir muy orgulloso», transmitía el seleccionador con algún gallo de afonía.
Ni un segundo ha flaqueado el seleccionador al defender su proyecto. Al contrario, cuanto peor le ha ido más se convencía de estar haciendo lo correcto. Por fin parece que la idea cala también en los jugadores. «Ya sabemos en qué país estamos y hay que saber convivir con las críticas. A veces te estimulan y otras las ignoras. Ni somos tan buenos como dirán algunos ahora ni éramos tan malos antes».
España sonó sin que chirriara una sola pieza aunque Alemania, todo sea dicho, colaboró con gusto. Su centro del campo y su ataque son de los que asustan. Pero su defensa, al margen de las bajas, es un despropósito al que Low tendrá que meter mano en algún momento si es que en su país le perdonan esta goleada. Esa enorme grieta la aprovechó la selección con una presión bien entendida y una buena dosis de coraje. Así se hizo dueña del partido y bombardeó la portería de Neuer.
Brilló Morata, que marcó con la selección un año después de su último tanto. «Tengo ganas de ver lo que se dice por ahí tras haber ganado a una selección que es campeona del mundo. Dirán que Alemania jugó mal», se quejó. Pero incluso el reencuentro del delantero de la Juventus con España quedó difuminado por la exhibición de Ferran, que aprovechó al máximo la debilidad del superadísimo Philipp Max, el lateral germano encargado de sujetarle. «Todo jugador sueña con meter tres goles, y más si es ante Alemania», dijo el jugador del City al acabar el encuentro. «Les hemos sacado del partido. Hemos puesto ilusión y ganas para ir desde el primer minuto a por ellos».
España termina esta fase con dos partidos inmensos: el 4-0 ante Ucrania, donde se destapó Ansu Fati, y éste ante Alemania, donde ha encontrado su sitio Ferran. Suficiente para que se instaure un tiempo de paz en la selección al menos hasta el mes de marzo, cuando se vuelvan a juntar para la última lista antes de la definitiva para la Eurocopa. La fase final de esta Liga de Naciones vendrá después, en octubre. Doble objetivo para un 2021 que vuelve a ilusionar. |