| Резюме: |  Andan las gentes del atletismo maravilladas desde hace tiempo porque uno de los portentos que se anunciaban en su deporte no solo ratifica su arte con títulos, sino que se instala en los altares de los récords. Es un sueco liviano (1,81 m, 78 kilos) de aspecto universitario, Armand Duplantis, a quien todos conocen por Mondo, el que ha escalado hasta la cima del salto con pértiga, probablemente la modalidad con más vericuetos técnicos del atletismo. El prodigio sueco posee el talento innato y la extraña virtud de imprimir velocidad a la carrera para elevarse en el aire. Es el nuevo propietario del récord mundial de salto con pértiga (6,17 metros), la especialidad que gobernó el ucraniano Sergey Bubka durante décadas, y no parece que a los 20 años haya alcanzado los límites.
En Duplantis han coincidido todas las confluencias astrales para proporcionarle el momento que vivió el sábado en Torun (Polonia). Posee la genética y también los recursos. El gen le viene porque es hijo de una pareja de deportistas de elite, Greg Duplantis, exsaltador de pértiga norteamericano que se alzó hasta los 5,80 metros de marca personal, y de la heptatleta sueca Helena Hedlund, quien también fue jugadora de voleibol. Duplantis se ha criado en Lafayette, una localidad norteamericana de 120.000 habitantes en la autopista que une Nueva Orleans y Houston, en el estado de Luisiana, pero representa a Suecia en honor a su madre y de la nación que lo acoge en vacaciones.
Y los recursos le llegaron desde bien pequeño por el bienestar que le procuraron sus padres. En el jardín trasero de la casa familiar de la dinastía Duplantis en el barrio de Greenbiar States de Lafayette, papá Duplantis construyó un foso de salto de pértiga, con su pista para la carrera, su cajetín para clavar la pértiga, su listón aéreo y su colchoneta para amortiguar la caída.
En ese patio monitorizado para convertirlo en estrella se educó el joven Mondo junto a sus hermanos deportistas. Andreas, saltador de pértiga (5,36 de marca personal), Antoine, jugador universitario de béisbol, y Johana, saltadora adolescente que ya se ha izado a 3,65 metros con 17 años. Mondo Duplantis es la joya de la corona de la saga. A los 7 años era el mejor del mundo. Con 10 años llegó a 3,86 metros y con 15 se proclamó campeón mundial juvenil (5,30).
Bubka y Lavillenie
Campeón de Europa en Berlín 2018 y subcampeón del mundo el pasado septiembre en Qatar, al sueco-estadounidense le esperaba el récord del mundo que Bubka superaba centímetro a centímetro en los ochenta y noventa. El ucraniano llevó la plusmarca mundial de 5,83 m a 6,15 m., de mitin en mitin, de botín en botín. El francés Renaud Lavillenie fue su último propietario, con 6,16 m.
«Es el Messi del salto con pértiga», opina Alberto Ruiz «Lobito», exrecordman español, olímpico en Los Ángeles 84 y Barcelona 92. El especialista cree que las principales virtudes de Duplantis son la velocidad con la que llega a la flexión de la pértiga y la facilidad para volcarse en el aire.
Tanto Lavillenie como otros saltadores que han expresado su parecer consideran que Duplantis puede subir hasta 6,20 metros, una de las barreras míticas del atletismo. De momento, el nuevo héroe de este deporte se anuncia como futuro campeón olímpico en Tokio. |