| Резюме: |  La fiscalía de Nueva York ha exigido al comité encargado de organizar la investidura de Donald Trump que entregue toda la documentación sobre donaciones y actividades económicas realizadas alrededor de la celebración del evento. Este requerimiento judicial sobre los fastos en Washington el día de su investidura en enero de 2017 es el último frente judicial que se le abre al presidente de EE.UU.
En especial, los investigadores están interesados en obtener toda la información sobre quiénes donaron a la investidura, qué contratos se hicieron para su celebración, qué cuentas bancarias se utilizaron y si hubo contribuciones desde el extranjero, algo que la legislación estadounidense prohíbe.
La investidura de Trump, aunque contó con mucha menos asistencia que otras anteriores, como la de su antecesor, Barack Obama, recaudó una cantidad récord de 107 millones de dólares para su celebración. Entre los delitos que podrían haberse cometido, la fiscalía cita conspiración para defraudar a EE.UU., falso testimonio, fraude bancario y lavado de dinero.
La investigación a la investidura surgió de las pesquisas sobre la trama rusa que dirige el fiscal especial Robert Mueller. En una redada de los investigadores a la casa de Michael Cohen, el que fuera abogado personal de Trump y ahora declarado culpable de varios delitos, se encontró información sospechosa sobre la investidura.
El requerimiento de información de la fiscalía no implica que haya una acusación de conducta impropia, pero parte de una sospecha y es el primer paso hacia una presentación de cargos. La petición del ministerio público solo especifica el nombre de un donante, Imaad Zuberi, un millonario de Los Ángeles que pasó de ser un financiador habitual de candidatos demócratas como Barack Obama y Hillary Clinton a entregar cientos de miles de dólares a Trump. Su compañía donó 900.000 dólares a la investidura.
Los portavoces del comité de la investidura aseguraron a varios medios estadounidenses que colaborarán con el requerimiento de los investigadores. El comité estaba presidido por un amigo de Trump, Thomas Barrack, y buena parte de sus actividades las llevaba Rick Gates, un alto cargo de su campaña y, como Cohen, víctima de las investigaciones de Mueller. Hace un año, Gates se declaró culpable de varios cargos presentados contra él por su trabajo como consultor político en Ucrania con el que fue director de la campaña de Trump, Paul Manafort, también imputado por Mueller. |